Siendo las 0 horas y empezando el Domingo 9 de Mayo, empiezo mi homenaje a mamá, a Barbarita Meza Lindo que en el cielo esté. Me remonto a lo más hermoso que he poseído: mi niñez. Evocar las caricias de esa mujer que lo daba todo por nosotros y en esta fecha tan importante, siempre evocaba a Manuela, la abuela y nos llevaba a visitarla al primer panteón que conocí, el Prebítero Maestro. Yo con mi flor roja en la solapa del saco y élla, con la blanca símbolo de orfandad. Aquel cementerio, entre mausoleos, pabellones y arreglos florales, lucía impresionante.
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Mi Querida e inolvidable "mamá". |
Quien diría que aquel santo lugar, sería morada eterna de mamá, al lado de la abuela que no conocí pero que, las veces que visité, tuve la sensación de palpar su ternura. El domingo de las floras rojas y blancas, algo así como sentir igualmente a la Patria, la que nunca muere y perdura a través de los siglos. Otros tiempos y otras costumbres. Se concurría al colegio a celebrar la fecha. Las calles de Surquillo, se alegraban con el pasar de los niños luciendo su roja flor y presentaban su respeto a los de las flores blancas.
La radio nos alegraba desde el despertar y se escuchaba el vals de Monteodoro "Madrecita": "Felices los que tienen madre, tristes los que la perdieron, etc.". Hoy yace en el olvido. Renace "Madre" de Manuel Acosta Ojeda y vuelven Leo Dan, Palito Ortega y sus regalos musicales a mamá. Esta medianoche, al darle mi saludo a la madre de mis hijos, sentí nostalgia del pasado pero, el día se muestra prometedor porque vendrán todos a casa, incluyendo a Alejandra y Joaquín, mis adorados nietos mellizos.
Hace muchos años laboraba en Radio "Ritmo" y me tocó justo hacerlo "El Día de la Madre". Son sacrificios que nos toca en suerte cumplir a los locutores radiales. Buscamos los discos alusivos y nos dimos con los más tristes; ejemplo "Una Lágrima" por Libertad Lamarque. Nos hallábamos tan melancólicos y una llamada telefónica nos despertó. Manuel Obregón, colega en ese entonces, nos conminó a alegrarnos y transmitir ese sentir a las Madres del Perú. Dejamos la tristeza y pasamos a la plena algarabía. Gracias Manuel.
Otro gaje del oficio nos tocó experimentar pero en nuestra profesión de músicos. Ir a animar una celebración particular y dejar el hogar, es decir, aprovechar de esas ocasiones, que nos permitían llevarnos alguito. En medio de la fiesta, se apoderaba de nosotros la nostalgia de la casa, de la compañera y que nos obligaba a ser payasos y ocultar nuestras lágrimas. Casos repetidos nos sucedían en la Noche Buena y hasta en los propios duelos, por el deber y la responsabilidad de cumplir los contratos firmados.
Dejemos los recuerdos y desde muestro rinconcito de reseñas, un saludo a todas las Madres del Perú y el Mundo. A las nuevas y a las abuelas. A las casadas y a las solteras. A todas las estoicas mujeres que se dan íntegras en la crianza de sus hijos. A las valerosas que son padre y madre. En el recuerdo, a Barbarita, mi viejita linda, la que nos dió el ser y preparó para la vida y a Zoila Esperanza, mi querida suegra y mi segunda madre al lado de Dios. A la dueña de mi corazón, Antonieta Bernales Quiroz, toda la felicidad que merece por ser una ¡super mamá y abuela!. Gracias.