Alejandra y Joaquín con sus padres. |
No quiero que lo tomen a exageración. Cuando no tenía esta experiencia de abuelo, pensaba que otros allegados y familiares, hacían demasiado teatro con sus nietos. Hoy, les doy la razón. Todos los "baberos" que me han obsequiado, son pocos ante estos mellizos encantadores que nos han hecho olvidar, y que han desterrado mis aflicciones de salud. Han contribuido plenamente a que mis pensamientos estén siempre pendientes de ellos. ¡Son criaturas maravillosas!
Nuestros hijos Zoila y Juan Carlos. La abuela Zoila y mamá Antonieta |
También las tías Juana y Zoila Gabriela, mis hijas, disfrutan del crecimiento y novedades que a diario ofrecen Alejandra y Joaquín. Yo les transmito mis experiencias y hace dos días, con todo el candor de ser niña, mi nieta no se cansaba de darme un besito con el agregado "te quiero mucho". Soy el "abu". Una forma de sintetizar mi feliz condición de abuelo. Cuando los visito, soy un tercer niño que se somete a sus juegos y salimos al parque de Lince y disfrutamos del bello paisaje.
Juanita, nuestra hija mayor. |
Gracias a Alejandra y Joaquín, nueva oportunidad de estrechar lazos familiares, muy importantes para el desarrollo de la mentalidad futura de ellos. La unión y las buenas relaciones, son el tónico que ha diario deben beber. Ellos son Serván Castro y es el objetivo que les señalo. Somos los mayores, los del lazo familiar directo, quienes debemos sentir la alegría de estos sus ¡dos primeros años! Sinceras felicitaciones a "Mechita y Pachín", sus adorables papás. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
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