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martes, 23 de agosto de 2016

LA FAMILIA CALMET- BRAVO ENGALANA A LA URBANIZACIÓN SANTA ISABEL DE CARABAYLLO. ¡BIENVENIDA!

Wilfredo Calmet C.
Nada hacía presagiar a este surquillano nacido en 1934, que iba a encontrar buenos amigos y vecinos en la urbanización Santa Isabel de Carabayllo. La suerte ha hecho reencontrarnos con Wilfredo Calmet Cordero, un limeñísimo ciudadano que llegó con su familia allá por 1975. Ha sabido dejar huella y herederos. Con Doña Rosa Nélida Bravo Laguna, su esposa y ya gozando del sueño de los justos, formó una familia grande y con diez hijos como recompensa del cielo. Su acogedora casa está ubicada en la Av. Universitaria y cuando conversamos de su llegada a Santa Isabel, está plagada de recuerdos como aquello de encontrar grillos bullangueros y lechuzas que, pasado el tiempo, sólo son eso: recuerdos. En esta bella urbanización gozamos de la amistad de Gonzalo Chávez Rondón y que fue quien tuvo la feliz idea de traerlo a casa a Wilfredo Calmet.

Maritza Calmet Bravo.
Fue en la cuarta semana de este Agosto que fenece que tuvimos la ocasión de volver a ver a este criollo varón que, con su simpatía innata, se puso a tono con nosotros. Es padre de una dama que, sin habernos conocido antes, nos apoya en buscar alivio a nuestro mal de salud y que labora en el Hospital Negreyros como dinámica Asistenta Social. Me refiero a Maritza Calmet, una de sus engreídas y que goza de muchas simpatías en este barrio isabelino. Es así como se dan las cosas y que ocasionó que nuestros hijos, muy conscientes de esta realidad, comprometieron a Calmet a un lonchecito que tuvimos el domingo 21 de Agosto. Se dio el acontecimiento y fue otra sorpresa cuando nuestros hijos reconocieron a Gladys y Maritza como ex compañeras del colegio.

Gladys Calmet, la artista de la familia.
Zoila Gabriela participaba mucho en el canto y estas hermanitas Calmet también. No solamente aquello. Destacaron en el deporte y especialmente en el Voley. Ya me imagino lo "matadoras" que fueron. Nos enteramos que son diez los hermanos y que Wilfredo  nos nombró a cuatro varones y seis damas: José, Juan, Gladys, Rosa, Maritza, Ivonne, Pilar, Wilfredo Luis y Sara. ¡Qué tal memoria! Aquí surgió otra anécdota sobre su llegada a Santa Isabel. Estaban en todo el proceso de descargar la mudanza y se hallaron con la sorpresa de que muchos de los colchones habían volado. ¡Qué problema! Ya nos imaginamos a Doña Rosa y Wilfredo en tal situación y sobre todo por venir desde la Lima lejana. ¿Qué no hicieron desde que llegaron los Calmet. Bravo? Doña Rosa Nélida fue muy dedicada a servir a la comunidad. Tuvo su carácter y ¿cómo lo dispuso si tenía a diez que formar?

Gladys y Wilfrredo Calmet.
Seis chicas y cuatro muchachos que sabían hacer lo suyo. Wilfredo Calmet fue entrenador de fútbol y algo debió sembrar en sus hijos Willy y Luis que jugaron por el famoso equipo del Cristal. Durante el lonchecito se le ocurrió evocar el famoso bolero "Sufrir", éxito de "Los Huasos Quincheros" y nos demostró su compás y voz melodiosa. Cerrando los ojos nos contó que hacía dúo con Doña Rosa y eran siempre objeto de cálidos aplausos. Otra confesión y lo manifiesta con hondo cariño, es que en su casa todo el mundo canta y que Gladys dejó la enfermería por dedicarse al canto profesional. En efecto. Ya es costumbre verla actuar en el programa "Una y Mil Voces" a través del canal 7 de televisión y en todo escenario o peña criolla donde canta a su gusto.

Maritza Calmet en ESSALUD
En los ritmos afro peruanos es todo un espectáculo y no cree en nadie. Ya tiene herencia y dos de su criaturas son vistos en los avisos de la "tele". Maritza no se queda atrás y según papá, tiene un perfecto buen oído, muy bien entonada y hasta canta boleros. Por otro lado, pudimos comprobar que ambas hermanitas se tratan de tú en este mundo cibernético. Parece que aquello de que quien no ingresa a la computación, corre el riesgo de ser considerado analfabeto. Invité a Maritza a que busque lo que escribimos en Internet y en menos de lo que apagamos velitas, se metió y halló estas modestas reseñas. Está metida en la modernidad y que hoy, es elemental en todo trabajo, porque hay que cumplir con el sistema. A la izquierda posando en su centro de trabajo

Gladys Calmet Bravo.
Cumplimos con reseñar a otra de las grandes familias que residen en Santa Isabel de Carabayllo y hay una evocación que lo dice todo. Al sepelio de Doña Rosa Bravo Lagunas, que en paz descanse, hubo una multitudinaria compañía de familiares, amigos y vecinos que ocupó dos cuadras. Se tuvo que recurrir a dos ómnibus más para poder trasladarlos hasta el Campo Santo. No está en esta reseña todo lo que esta familia significa, pero creemos que es una muestra de lo que como vecinos hemos podido ofrecer. Los Calmet- Bravo gozan de popularidad y cariño y aquí solamente una muestra de lo que pudimos captar de ellos. Siempre sonriente y efusiva posa para nosotros Gladys Calmet, en un recuerdo muy gentil. Quede siempre presente nuestro respeto y admiración y que podamos seguir dando relieve a muchas familias más. Gracias.

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