Desde ya nos preparamos para saludar a Jesús, el verdadero dueño del cumpleaños de Navidad. Aquel pequeño que nació en Belén y fue adoración de Reyes y multitudes. Combatido por quienes veían peligrar sus reinados y los herejes, como los de ahora, que recuerdan a "Papá Noél" y hasta se disfrazan de él con su JO JO JÓ.. Haciéndome eco de un hermoso correo que recibí hace poco, insisto en que debemos poner atención en festejar sólo a Jesús, el Hijo de Dios. Hace 2010 años que nació y en "la noche buena" nadie se acuerda de él. Se llenan los cielos de bombardas y luminosidades.
Todo el mundo compra juguetes y se endeuda Hay que obsequiar a los hijos, a los ahijados y también a la familia en general. ¿Y... a Jesús? ¿Alguien le regala algo? Aunque sea ¿un poco de atención? Recuerden que Jesús está vivo. A la hora de los abrazos y mientras se reparten los obsequios, alguien se pregunta ¿por qué recibo regalos? ¡No es mi cumpleaños! No tenemos la más mínima idea de que, aquel niño que creció y murió crucificado, nos regaló su religión. Y ¿qué hemos hecho en estos 2010 años que nació Jesús? Nada. Surgieron quienes dividieron la palabra de Dios y convertidos en protestantes y otras formas de alabarlo, sólo consiguieron la desunión.
Quienes tienen la responsabilidad de ser sus representantes en la Tierra, los equivocados nada más, comprometen su nombre y nuestra querida religión se ve manchada y enlodada en extremo. Aquella prensa que critica con alevosía, es la más laboriosa en promover a "Papá Noél" y el negocio de los regalos. Quiero comentar un caso de la vida real y que pinta la hipocresía del regalo. Un muchacho que hoy ya es ciudadano, se jactaba de no creer en Cristo ni religión alguna. Se declaraba ateo desde niño. Sin embargo, llegada la Navidad, recibía los obsequios de sus padres a nombre de Jesús.
Cada año, era el primero en posicionarse frente al árbol de Navidad. Sus pedidos, eran atendidos tal como su carta al cielo llegara a manos de Noél. Jamás dio valor a estos regalos y se perdieron en la ignorancia y el olvido. Los políticos y los "buenitos" de nuestras entidades públicas, dan chocolatadas y panetón a los niños pobres. Los empresarios gratifican económicamente y obsequian canastas a sus trabajadores. Un derroche de poder y Jesús, el dueño del cumpleaños, olvidado como todos los años en su humilde pesebre. Nadie lo viva. No le dan serenata y menos visitan su casa.
Es recordado en los "nacimientos", se cumple en colocarlo en su cuna y nada más. Todos alaban los muñequitos, lo ingeniosos y costosos pero ¿Jesús?... ¡Nada! Es el dueño del cumpleaños que todo el mundo católico y ateo celebra, como símbolo del regalo. Porque, hay que decirlo, estamos equivocados. Toda su semana le revientan cohetes. Prohibidos o no, los tremendos artefactos pirotécnicos deslumbran los cielos y a la sociedad. Suenan los villancicos, vienen los abrazos y despiertan a los niños para ver qué les ha traído Papá Noél. Nadie habla de Jesús. Nadie recuerda que hace 2010 años nació en Belén.
En efecto, el Redentor del Mundo, el hijo de Dios llamado JESÚS, nació un 25 de Diciembre. Se recuerda su nacimiento y es el día de su cumpleaños. Los invito a reflexionar y espiritualmente saludarlo en este su mes. Conversar con Él y manifestarle lo mucho que lo queremos. Visitar la casa de su Padre y agradecerle por habernos redimido del pecado original, gracias a su sacrificio. Este niño no quiere juguetes. Quiere Paz y que nos amemos los unos a los otros. Que todos los países del mundo se unan y erradiquen de una buena vez la pobreza. Allí está el mensaje verdadero de la Navidad. Nuestro abrazo. Gracias.
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