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martes, 10 de agosto de 2010

LA SEÑORA UFEMIA BÉJAR MAROCHO. ¡UNA CUSQUEÑA PUNDONOROSA EN SANTA ISABEL!.

Doña Ufemia Béjar
Al llegar a este nuevo barrio en busca de un hogar seguro, fueron muchos los vecinos con los que, desde un principio, alternamos con felicidad. Ya les he conversado de mi amigo Rubín y su gran familia. Esta vez, nos toca presentar a Doña Ufemia Béjar Marocho, una dama de Ollantaytambo, ciudad milenaria del Cusco, que nos brindó sus servicios, en esos tiempos, negocios con productos para el hogar. Es la abastecedora de toda una gama de productos golosinarios, que expende con cariño, en su tiendecita hogareña.

Somos testigos de cómo se prodigó para darle sustento a sus hijos. Velar por su educación y, lo más loable, ser madre y padre por mucho tiempo de aquellos pequeños, hoy convertidos en buenos ciudadanos y como ella, excelentes conductores de cada hogar. Puro pundonor y sacrificio. Hace 37 años que conocemos su calidad de mujer y el temple heredado de sus ancestros cusqueños. Amanece el día y hace frente al frígido clima, para abrir las puertas de su negocio al servicio de la vecindad. En este afán, no tuvo ni tiene vacaciones.

Hemos visto crecer a sus vástagos, cuatro en total. Tres mujeres y un varón. Nelly, Margot y Marisol, todas inyectadas por la fuerza laboriosa de Ufemia Béjar. Con carrera profesional y nacidos con el bichito de los negocios. Herencia de esta señora nacida para el trabajo. Guiner, es el que la engríe y conoce sus secretos. Es el único soltero y hecha la culpa de ello a su entrega a la computación. Es un experto en esta materia cibernética. Además, se da el tiempo de reemplazarla en la atención a su numerosa y variada clientela.

En sus años primeros en esta gran ciudad de Santa Isabel, eran constantes sus viajes en busca de mercadería para ofrecer a sus clientes. Nada la detenía y con el pensamiento de salir adelante, enfrentó todos los obstáculos y los venció. Es una buena creyente católica y cumple con fidelidad los conceptos cristianos. No hay enfermedad que la detenga para cumplir con su fe. Ha sabido salir con suerte de una dificil operación y en base a su carácter indomable, se recupera con la fuerza de su estirpe incaica.

Ama al Cusco, su tierra y la pondera con sano orgullo. El famoso cuadro del Cienciano, cautiva su atención cada vez que enfrenta a sus rivales. Es una dama que no sabe perder. Vehemente y retadora a los años que no pueden con ella. Los vence fácilmente y, en medio de alguna vicisitud, se ha levantado victoriosa y es un ejemplo para sus nietos y que, tan igual a sus progenitores, obtienen títulos profesionales y están preparados para enfrentar la vida. Sentimos verdadera satisfacción de tenerla como una dilecta vecina.

Para completar esta reseña y como corolario a más de 37 años de convivencia, debo manifestar que Doña Ufemia Béjar Marocho, encontró en Américo Herrera, la pareja ideal para cumplir el resto de sus días. Un gran amigo y al que le guardamos especial estimación por sus dones de buena gente. Nos ha acompañado en muchas jornadas musicales y es un experto conocedor de todas las rutas. En pareja, conocen las vías que nos llevan a vivir en Paz y Armonía. ¡Saludos Sra. Ufemia!. Una gran vecina en Santa Isabel. Gracias.

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