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lunes, 30 de mayo de 2011

ESTHER BARRETO VIUDA DE SUÁREZ, GRAN TACNEÑA, ESTÁ INTERNADA EN EL HOSPITAL "ALBERTO SABOGAL" DEL CALLAO.

Doña Esther Barreto
Mi amiga Esther, madre de quien fuera cantante muy popular en la radio y los discos en las décadas 50 y 60 del siglo pasado, "Edith Suárez", está internada en el Hospital "Alberto Sabogal" del Callao. Ella reside en el jirón Madreselvas y parece que sufrió un accidente que ocasionó su inmediato internamiento, porque en la Unidad Básica de ESSALUD de Carabayllo, solamente se atiende cosas leves. Desde aquí, hacemos votos por su próximo restablecimiento y podamos volverla a ver, pese a los años, siempre activa.

Esther Barreto Vda. de Suárez, es una dama tacneña y cuanto orgullo siente de serlo. Un personaje visible desde que llegáramos a la urbanización Santa Isabel y nos regalara, gracias al vínculo artístico de Edith, que en paz descanse, toda su generosa amistad. Era un gozo verla por los años 70, dinámica y todavía al lado de su esposo, un buen señor amigo del volante y criollazo ciento por ciento. Los años no pasan en vano y van dejando huellas que no podemos disimular. Aún así, Esther se las ingenia para sobrellevarlos.

Esther Barreto y su nieta Luchita Muñóz.
Es una generosa dama y gran amiga y vecina. Lo digo porque se preocupa por nosotros y desde que nos sometimos a la operación al colon, precisamente en el Sabogal, donde hoy está internada, nos ha obsequiado cientos de geniogramas, palabras cruzadas y otros divertimientos que nos los envía cada vez que se ve con mi hija Juanita. Esa voluntad no la puedo pagar con nada. No tiene precio. Es su espíritu generoso el que la guía y protege. Una mujer estoica y valiente que jamás da marcha atrás. 

Carga sobre sus espaldas cientos de días entregados a formar a sus hijos. Es una alegre señora de la tercera edad y no acepta la ancianidad ni de bromas. Dice que anciano es el que se entrega a su suerte y no hace nada por luchar por su vida. No se doblega ante nada y tengo la plena seguridad que está afrontando esta circunstancia de su accidente, como ella solamente sabe hacerlo. Un ejemplo para tanta gente y jóvenes que a la primera contrariedad se dan por vencidos. No. Esther es distinta.

Iba a cumplir los cien años y se nos fue.
Como nuestra lectoría es grande en esta urbanización Santa Isabel de Carabayllo, a nombre de todos los vecinos que la admiramos y siempre estamos con ella, hacemos votos por su pronto restablecimiento. Se nos ha informado que debe someterse a una operación quirúrgica y va nuestro pedido al Beato Juán Pablo ll, para que la haga salir con bien. Ella tiene fe en San Martín, el santo mulato y en la bendición de Dios. Desde el cielo, sus seres queridos, que aquí siempre invoca, le harán el milagro. Así sea.

Iremos a visitarla. Hoy, todavía no es prudente. Se que nos extraña y nosotros también. Ha sabido levantarse a tantas contrariedades que da la vida, que una más no le afecta. Sólo es una molestia pasajera. ¡Ay, tacneña linda! ¡Qué fuerzas nos das con tu presencia! Estamos orando por ti y mientras más de nuestros queridos vecinos lo hagan, las posibilidades de que pronto estés de regreso, serán más factibles. ¡Fuerza ESTHER BARRETO! A mis amigos del "Sabogal", se las recomiendo y no nos fallen. Gracias.

AGREGADO: En la fecha 8 de Julio de 2018, su nieta Luisa Muñóz nos ha dado la triste noticia de que la abuelita Esther falleció en Tacna cuando esperaba cumplir con ansias los cien años de edad. Lo sentimos de corazón y pedimos a Dios le de el descanso eterno. Mis condolencias a su querida familia.

viernes, 13 de mayo de 2011

ÓMNIBUS CARABAYLLO-MIRAFLORES EN MALAS CONDICIONES. LINEA 03. CONOCIMOS GENTIL DAMA. SRA. VILLMA CARTULÍN.

La Virgen de Fátima
Son constantes las veces que tenemos que cambiar de vehículo cuando viajamos en la conocida línea "13" o 03 como es su verdadero signo numérico. Principal causa, las llantas. En varias ocasiones hemos tenido que, muy a nuestro pesar, soportar el olor a llanta quemada y lo peligroso que puede resultar cuando, debido a la fricción, estas se incendian. Carros vetustos e incómodos y choferes que en nada obedecen las reglas de tránsito, se pasan las señales en rojo y continúan haciendo sus peligrosas competencias de carreras.

Un recorrido extenso y gran pérdida de tiempo para los viajeros. Desgaste de piezas y poco inteligente plan de ruta. En síntesis, muchas vueltas. Motores sin silenciador que ocasionan un ruido tremendo y molesto, más el alto volumen que dan a sus parlantes sin ningún respeto hacia el publico viajero. No es exclusividad de esta línea. Todos los vehículos de transporte humano en el Perú, adolecen del mismo mal. Además, pasadas las 8 de la noche, no llevan público a Lima. ¿Y las autoridades? Bien, gracias.

Bueno, este es un mal que no tiene remedio pero esta mañana del 13 de Mayo, Día de la Virgen de Fátima, cuando nos dirigíamos a Lima, se bajaron las llantas otra vez. En ese cambio de vehículo y aceptando la gentileza de una damita que nos cedía el asiento, hubo otra dama que lo exigió para ella. Muy protestona y con razón. Felizmente alguien del mismo asiento se paró para bajar y así, ocupamos el mismo lugar. Una pequeña discusión con tono de broma, nos hizo viajar en amena conversación con la señora Villma Cartulín, una dama preciosa.

Divino Jesús.
Se dirigía al "Johrei Center", un centro mesiánico que queda en la cuadra 6 de República de Chile y en el que participa como ferviente socia activa. Aquí sucede aquello de la imposición de mano y doña Villma nos invitó a participar en sus sesiones. Cuando se enteró que vivíamos en Santa Isabel, nos manifestó que un hermano suyo llamado Héctor Cartulín, residía en San Pedro de Carabayllo. O sea, nuestro vecino. Fue una charla muy agradable y esta dama Villma, mucho más aún. Iremos a visitarla.

Nos habló que tiene problemas en la visión y confía plenamente en la bondad de Jesús para su curación. Le manifestamos que hace tres años tuvimos una experiencia similar en el hospital Sabogal del Callao. Una dama se nos acercó en el lugar de citas de los enfermos de cáncer y nos preguntó si creíamos en Jesús. Le dijimos que sí y nos sometió a su imposición de mano. Cumplí tratándose del hijo de Dios y me afirmó que estaba curado. Esto lo manifesté a mi oncóloga que adujo, sin cuestionamiento, no hay razón para no creer.

Doña Villma Cartulín, se entusiasmó mucho más en su singular manera de conversar y me anotó la dirección y todo lo que me pueda interesar de su centro mesiánico. Siempre agradeceré a Dios estar sobreviviendo tres años porque, entre estos pasatiempos tan entretenidos de escribir y mis nietos, estoy logrando superar el mal que me aqueja. Le agradezco a Villma, tanta gentileza. Un ingrato desperfecto mecánico, me hizo conocer a una dama gentil y carismática. Ahora, esperaremos la ocasión para un reencuentro de amistad. Gracias.