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miércoles, 28 de enero de 2015

LA SEGURIDAD EN NUESTRAS CALLES. NO HAY QUE MAGNIFICAR LOS ACTOS DELICTIVOS. CONFUNDÍ UN BALAZO CON UN ESTALLIDO DE LLANTA.

Una moto taxi en Santa Isabel.
Esto me sucedió en Abril de 2012. Retornaba del centro de Lima a mi apacible domicilio en la urbanización Santa Isabel. Fue un día de una debacle futbolística de nuestra selección ante Chile. Durante el trayecto me enteraba por la radio, audífonos en orejas,  del alentador primer tiempo. Llegamos a destino, bajé del ómnibus y siempre escuchando la emisora que realizaba la transmisión. Al salir de un pasaje que me llevaba a casa, sentí un tremendo sonido que no le di importancia. 

Los audífonos y la noche no me permitían estar en la realidad. Vi una moto taxi, muchas personas al rededor y yo para nada me distraje con aquel alboroto. Mi meta era llegar y ver el segundo tiempo en la "tele". Pensaba en "el mago" Markarián, el entrenador uruguayo que se llevaba buenos billetes y que nos daba esperanzas con sus declaraciones. Ya no le creía. No por que tuviera la culpa. Simplemente, porque seguía utilizando a los "ases" que ya habían fracasado.

Caminé apurado y encontré en la puerta de su hogar a un estimado vecino. Me quité los audífonos para saludarle y me pregunta ¿Qué fue Carlitos? Le respondí, completamente fuera del asunto, "lo mismo de siempre". No advertí que se refería al tremendo estallido y pensé que estaba interesado en la selección. Me despedí rápidamente, ingresé a mi hogar, saludé al paso y prendí el televisor. Ya teníamos un gol en contra. "Qué razón tenía mi amigo de estar desalentado con nuestros muchachos".

Las caras de mi esposa e hija eran de preocupación. ¡Qué raro! Si a ellas no les interesa el fútbol. Me preguntaron si había sentido el balazo. Sin tomar mucho interés a la pregunta les contesté que había sido el estallido de una llanta reventada. No se preocupen. No ha sido nada. Me soplé todo el segundo tiempo de tan deslucido encuentro, cené con muy pocos deseos y así pasó el partido. Mientras esto sucedía conversé con los míos algo del día y siempre desalentado por la derrota peruana.

Pusimos las noticias y como de costumbre puras notas policiales, lo mismo de todos los días. De pronto se nombra a la urbanizaciòn Santa Isabel y "Los Narcisos" y, con todo el escándalo con el que se magnifican las informaciones de este tipo, se da cuenta de un asalto a una dama a la que habían arrebatado sus bolsos y paquetes, horas antes, por delincuentes de una moto taxi. El disparo al aire fue ejecutado, suponíamos, para que no interviniéramos y que, distraídos, oíamos el partido.

Me salvaron los audífonos y la noche. ¡Qué tal serenidad! Esto que nos pasó hace ya buen tiempo nos llama a preguntarnos: ¿Cuánto ganaríamos los peruanos si no nos enteramos de las feas noticias de la televisión? Aquel asalto que tuve la suerte de no percibir y acción de dos cobardes malhechores que asaltaron a una dama, en cierto modo no tenía por qué mostrarse con el escándalo consiguiente. No era de interés público, pero así es nuestro periodismo que de todo hace escándalo. Gracias.

FALLECIÓ LUCHO YÁÑEZ, UN CAMANEJO ORGULLOSO DE SU TIERRA. MURIO POR LA IRRESPONSABILIDAD DE UN BORRACHO QUE LO ATROPELLÓ.

IMPORTANTE: Esta reseña fue escrita el viernes 15 de Junio de 2012 en el blog "De todo un poco" y la estamos publicando aquí, porque el personaje fue querido vecino nuestro en la urbanizaciòn Santa Isabel de Carabayllo. Gracias.

Esta noche, antes de las diez me llamó Juán Carlos y me da la infausta noticia de la trágica muerte de mi amigo Lucho Yáñez y vista en la televisión. No lo podía creer. ¡Lucho muerto! ¡Qué pena! Un pobre sujeto que bebió demasiado por la derrota de la selección peruana de fútbol y manejando irresponsablemente su automóvil, al ser detenido por la policía, fugó y en su loca carrera se estrello contra el automóvil de Lucho Yáñez, matándolo en forma instantánea. Fue en la esquina de la Av. Universitaria y la avenida San Felipe, lugar en el que los choferes de combis y buses, hacen lo que les da la gana. El borracho cruzó en luz roja para fugar, atropellando a mi amigo.

Este blog no es necesariamente un espacio para dar reportes de esta naturaleza. Lo que nos lleva a escribir es nuestra indignación. Lucho Yáñez, fue amigo de casa y tuvimos una relación muy singular cuando nos servía de compañía con nuestro amigo en común Gonzalo Chávez, durante la ausencia de mi esposa en España. Su espíritu luchador lo llevó a ingresar al mundo de la cocina y la verdad es que supimos de su sazón y bondad. Era un hombre muy versátil. Nos sorprendió cuando nos mostró su faceta de artista y guitarra en mano, nos deleitaba con canciones que lo retornaban a su Camaná querido. 

Fue una etapa en la que tenía a mi lado a mi querida suegra Zoila Quiróz Perasso, quien se divertía con las ocurrencias de Lucho Yáñez. Nació una amistad que no presentí y nos demostró su voluntad de servicio, cuando enn una ocasión mi hijo Juán Carlos se fracturó el brazo. Debía acudir al Hospital Loayza y tuvo la gentileza de pilotear mi automóvil y ayudarnos en todo lo que ese momento nos demandó. Es algo que jamás olvidamos mi hijo y yo. También nos trasladaba en todas las ocasiones que requeríamos de sus servicios de taxista. Un verdadero y entusiasta colaborador que jamás decía no. ¡Qué pena Lucho!

En sus momentos de juventud y ya casado, logró formar una familia a la que la dotó de casa propia. Laboró en las Empresas Eléctricas y llegó a ocupar importante puesto ejecutivo. Gallero de raza, poseía en su casa toda clase de gallos de pelea, uno sus hobbys predilectos. Juán Carlos alternó con sus hijos y supo de la grandeza de Lucho Yáñez, quien no negaba nada a su familia y lo entregaba todo. Lamentablemente esa etapa tuvo su fin y volvió a formar otro hogar, el que conocí y del cual tuvo un hijo y al que vi declarando en la televisión con respecto a la muerte de su padre. Nos sorprendió su ecuanimidad, a pesar de su tragedia.

La urbanización Santa Isabel está de luto. Muy conocido por ser magnánimo y pura "chamba". Se dedicó a ganarse el sustento para los suyo, taxeando. Con toda su historia vivida y que compartió con nosotros, jamás dijo no a las nuevas oportunidades. Hizo de todo. Un hombre de muchos valores y que lamento haya tenido un final tan lamentable. Mis condolencias a su familia y en especial a su amada hermana y sobrinos en "Madreselvas". De lo que estoy seguro es que tiene un lugar en el cielo y ya se encuentra gozando del favor de Dios. No estamos enterados de su velatorio ni el lugar en el que serán venerados sus restos. Sólo nos queda decirle: "Amigo, cumpliste como nadie y por algo bueno será que has partido antes". Descansa en Paz. Gracias.